Quizá nunca estuviste, pero yo siempre te sentí.
Tal vez siempre supe que iba a ser un problema, pero me dejé llevar. No hice caso a lo que la gente decía, solo creía en mí, en ti. Y ahora no estás, y es que quizá nunca estuviste. Pensé que yo podría ser esa persona que te despertara por las mañanas con sonrisas a mordiscos, y que lo único que quisieras fuera comerme a besos. De verdad que soñé con un mundo entre tú y yo. Y es que incluso el alma más hermosa, a veces es la que más te daña. ¿Cómo darte cuenta del demonio cuando va disfrazado de un ángel?
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