viernes, 23 de diciembre de 2011

Y sí, podrás criticarme, juzgarme, odiarme... Pero te aseguro que no podrás hundirme. Puede que conozcas mi nombre, la gente con la cual me junto, mi forma de vestir... Pero eso no implica conocerme, no señor. Tú te crees saber todo de mí. Piensas que soy de esas niñas pijas repelentes de las cuales, yo odio. Sí, las odio. También pensarás que soy el típico prototipo que suele gustar a los chicos y que por ser así, les zorrea. Pero no, no sabes nada de mí. Conoces mi nombre, pero no mi historia, recuérdalo. Tú no eres nadie para juzgarme, créeme. Tampoco eres quien para saber de lo que pienso hacer en mi vida, ni para hablar mal de mí a los demás. Mira, que poca personalidad tienes, que te inventas la de las demás personas. Tú te crees mejor por eso, por juzgar sin conocer, pero recuerda, así irás mal, muy mal. Pues porque así demuestras tu poca inteligencia, aunque dudo que tengas algo, aunque sea un 5%. No te creas mejor por hablar mal de mí, enserio, porque no lo eres. Simplemente, me das pena.
Pd: Tú no me conoces, no sabes nada de mí, solo conoces mi nombre y tranquila, que no necesito que sepas nada más de mí.