Sigo recordando esas últimas palabras que nos dedicamos.
Recuerdo que te abracé muy fuerte,
deseando que se parase el tiempo
y quedarme eternamente entre tus brazos.
Pero el reloj me traicionó,
de pronto me encontraba bajo tu portal,
y mis lágrimas brotaban sin cesar.
Ojalá hubiese podido decirte que te quedaras,
que el desastre es más bonito desde tus ojos.
Recuerdo que te abracé muy fuerte,
deseando que se parase el tiempo
y quedarme eternamente entre tus brazos.
Pero el reloj me traicionó,
de pronto me encontraba bajo tu portal,
y mis lágrimas brotaban sin cesar.
Ojalá hubiese podido decirte que te quedaras,
que el desastre es más bonito desde tus ojos.