sábado, 30 de marzo de 2019

El desastre

Sigo recordando esas últimas palabras que nos dedicamos.
Recuerdo que te abracé muy fuerte,
deseando que se parase el tiempo
y quedarme eternamente entre tus brazos.
Pero el reloj me traicionó,
de pronto me encontraba bajo tu portal,
y mis lágrimas brotaban sin cesar.
Ojalá hubiese podido decirte que te quedaras,
que el desastre es más bonito desde tus ojos.

Te imagino

Todavía sigo buscando tu mirada entre la gente.
En ocasiones, me imagino que te encuentro 
y empezamos a hablar.
Me cuentas todo lo que has estado haciendo, 
mientras yo solo me fijo en como se te cierran los ojos 
cuando cuentas algo que te ilusiona. 
Me fijo en tu boca, por si se te escapa una sonrisa 
y enseñas esos hoyuelitos que tanto me gustan.
Y mientras sigues contando, 
yo solo pienso en lo maravilloso que es tenerte delante.
Pienso en todo lo que quiero decirte,
todo lo que he estado pensando,
pero cuando me preguntas no soy capaz de articular.
Me aparece ese nudo en la garganta,
y empiezo a temblar.
Tartamudeo y te digo que todo sigue como antes,
sin ser capaz de decirte que ojalá pudiéramos volver a intentarlo.
Que esta vez, quizá, podríamos conseguirlo, 
pero me callo. 
Y solo soy capaz de sonreírte y desearte que todo te vaya bien.
Que todo nos vaya bien. 
Quién sabe, quizá si hay un “nosotros” en un futuro.
Más maduros, con las ideas más claras, y 
esta vez con más ganas de comernos. 


miércoles, 27 de marzo de 2019

En mis ojos puedes ver la tormenta.
Puedes ver como,
poco a poco,
se van deslizando las gotas.
Nublando la vista y
obstruyendo la luz que se refleja.
Hace tiempo que no nos vemos,
hace tiempo que ya no somos.
Y de pronto, sin saber cómo
nos hemos encontrado en otra página.
Rebuscas en las cenizas
por si encuentras restos de aquel nosotros.
Suspiras, pensando que tal vez así, 
puedan salir todos tus pensamientos.
Echar a volar. 
Te sientes enjaulado,
atrapado en ese nudo en la garganta.
Quieres avanzar, pero no puedes.
Puede que, tal vez solo necesitemos tiempo.
Y, será en ese momento,
cuando puedas emprender el vuelo.

martes, 26 de marzo de 2019

Empatar

Miro al cielo, el día está gris,
o tal vez soy yo, no lo sé.
Cierro los ojos, creyendo que,
quizá así, algo cambiará.
“Sé fuerte”, me digo. Y te juro que quiero,
pero de pronto todo me invade,
y no soy capaz de seguir.
Vuelvo a cerrar los ojos,
pero esta vez apareces tú,
con esa sonrisa entrecortada,
y tus hoyuelos...
Ojalá te hubiese dicho cuánto me gustaban.
Ojalá pudiera volver atrás. 
Y pido a quien haya allí arriba que ojalá,
algún día, 
pueda volverte a ver.
Que algún día pueda volver a mirarte como antes.
Aunque sigo haciéndolo,
desde lejos... 
Y no te imaginas cuánto duele,
cómo cuesta.
Fuimos dos almas perdidas que se encontraron, 
y acabaron uniéndose, sin llegar a saber que,
a veces, 
por menos que se quiera,
uno acaba más jodido que el otro. 
Y es que nunca nos dijeron que, 
el amor es el único juego en el que hay que empatar.