jueves, 4 de abril de 2019

Hace tiempo

Hace tiempo que hablo con la almohada,
que le cuento mis miedos,
esperando que pueda calmarme.
Hace tiempo que vino el insomnio a visitarme,
trayendo consigo los monstruos
que tenía bajo la cama.
Que me cogen de la mano,
y me dicen que ellos no van a soltarme.
Hace tiempo que deambulo por las calles,
pensando en volver a verte,
aunque en parte eso también me acojona.
Hace tiempo que me muero de ganas
de decirte cuánto te he echado de menos,
que el insomnio contigo era más bonito,
y que me gustaba más la forma en cómo
mojábamos juntos la almohada y no tanto
la mía.
A veces pienso en escribirte,
y pedirte que vuelvas.
Pero no puedo retenerte,
porque siempre has sido libre.
Pero ojalá, aún siendo libre,
decidas quedarte,
y comernos juntos el mundo,
o a nosotros.
Quiero que sepas que si tuviese,
de nuevo,
la oportunidad de conocerte
volvería hacerlo.
Aún sabiendo cómo acabaría.
Quiero que sepas que solía hacerte fotos,
a escondidas,
mientras dormías.
Que empezaba a acariciarte el pelo,
pensando en cuán maravilloso
era tenerte a mi lado.
Quiero que sepas que sigo guardando
todos los recuerdos que tenemos,
por si un día vuelves
mirarlos juntos.
Quiero que sepas que Ámsterdam
siempre tendrá un pedacito de ti
y de mí.
Quiero que sepas que te miraba por el rabillo del ojo
por si te pillaba mirándome,
y pensar en lo bonita que se te ponía la cara
cuando lo hacías.
Quiero que sepas que he dejado la puerta medio abierta,
por si decides volver.
Que Mallorca no es tan bonita desde que no estás a mi lado.
Que la cama hace tiempo que se me hizo grande,
y sigo esperando tus brazos por las noches,
tus besos de buenos días,
y tus ‘bonita’.
Quiero que sepas que siempre me valiste la alegría,
porque pena ya tuvimos mucha,
eso lo sabes bien,
y que si apostábamos, era por la alegría.
Y que nunca voy a arrepentirme,
porque te habría escogido una y otra vez.
Hoy es otro día gris,
aunque creo que no ha habido día que no lo haya sido desde que te fuiste.
Los recuerdos me invaden por momentos,
y en ocasiones, desearía poder controlar mi amígdala y todo lo que ello implica.
A veces miro al cielo,
como pidiendo un deseo, esperando una respuesta,
pero no llega.
Hace tiempo que te has ido,
pero en mi cabeza,
en mis sueños,
en mis lágrimas,
sigues permaneciendo.
Siempre me dijiste que merecía lo mejor,
que merecía ser feliz,
que no tuviese tanto miedo a sonreír,
que me veía muy guapa.
Pero no entiendes que tuve lo mejor,
y desde que te fuiste,
la sonrisa ya no me sale igual.

lunes, 1 de abril de 2019

Hoy ha vuelto a sonar el despertador y
no te imaginas cómo duele ver que
hoy tampoco amaneces a mi lado.
Ya van treina días sin ti.
Treinta días imaginando encontrarte,
imaginando conversaciones.
Treinta días recordando toda nuestra historia,
deseando retroceder,
revivir todas nuestras locuras.
Y es que amor,
no sabes cómo jode soñarte cada noche,
despertar y ver que esta es la realidad.