
Tiene gracia, cómo las mejores mentiras se visten de escusa.
Y aún recuerdo el mar, y su sonido, con nuestros labios de por medio, para romper el silencio, desnudarlo, y mostrarnos, tal cómo somos.
Mis ideas, se desnudaron ante ti, y tu me abrigaste, dándome parte de ti, de lo que soy ahora, supongo.
Sé que piensas que soy una meláncolica, y quizá tengas razón, o tal vez sea verdad esto de quererte, y por eso duela.
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