viernes, 3 de febrero de 2012



Tal vez no lloro, pero me duele. Tal vez no lo digo, pero lo siento. Tal vez no lo demuestro, pero me importas. Lo más fácil no siempre es lo acertado. Un no a veces es un sí, y un sí a veces es un no escondido. Estar rodeada de gente no significa estar acompañada. Y los ojos hablan más que millones de palabras, los silencios duelen más que las palabras, pero a veces cuando no sabes que decir es mejor no decir nada. Odio mirarte y parecer dos desconocidos que se conocen demasiado bien. No voy a irme y dejar las cosas así, sabes que no dejo las cosas a mitad y que soy capaz de tragarme mi orgullo, el tuyo y el de cualquiera. Tal vez sea verdad eso de que no te importa, pero a mi sí. Solo tengo miedo al pensar, que podría no haberte conocido nunca, porque sin ti nada de lo que soy ahora sería. Eso sí, mírame a los ojos, aunque solo sea durante 5 segundos y ten el valor de decirme que todo te da igual, que jamás te ha importado nada. Dime que cuando me ves no te acuerdas de nada. Dime que no piensas en mí nunca. Dime que te arrepientes de haberme conocido. Que soy una niñata. Una inmadura. Que te estas riendo de todo esto... y te juro que nunca más volveré a mirarte.
Y me dijeron que el amor era pura obsesión.