lunes, 15 de julio de 2019

Ella

Ella venía a verte por las tardes.
Aquellas en las que no querías hacer nada.
Venía y no quería irse.
Quizá te quitaba el sueño,
y te molestabas porque no querías hacer nada.
Otras sé que te alegraba
y tampoco querías que se fuera.
Tú le pediste paciencia,
que valía la alegría.
Y ella te creyó.
Ella te tuvo paciencia,
ella quiso quitarte tus pesadillas,
alegrarte los domingos,
esos que tanto odiabas.
Tú le dijiste que la querías,
y ella te lo dio todo.
Te miraba a escondidas,
porque tenía miedo
a qué llegaras a saber
cuánto sentía por ti.
Por si la rompías.
Qué irónico.
Ella te daba mil razones
para quedarte,
y tú preferiste mirar a otro lado.
Quizá te quedo grande el puesto
que ella te había dado.
Ella te mostró su lado tierno,
sensible,
y cariñoso.
Puede que en ocasiones
fuera excesivo,
pero así lo sentía contigo.
Y tú no lo valoraste.
No supiste verlo.
Preferiste pensar que ella
no era así.
Que ella no era de fiar.
Buscaste mil razones
por las que irte,
mientras ella te daba
todas las posibilidades
para que no lo hicieras.
Quisiste creer tus demonios,
y no demostrarle a ella
que podías combatir contra ellos.
La fallaste,
la dañaste.
Y te fuiste.
Le mostrarte una de las cosas
más dolorosas que le puedes dar
a una persona que te quiere,
la indiferencia.
Ella te dio mil razones para que no te fueras.
Quiso confiar en tu palabra.
Y tuvo esperanzas en ti,
las esperanzas que tú nunca
tuviste en ella.
Y puede que ahora,
ella,
se haya quedado vacía.
Mientras ve como tú
le das a otra
las cosas que nunca le diste a ella.
Puede que ahora no confíe en nadie,
y se haya vuelto a poner esa coraza
que contigo se quitó.
Pero ella llegará un día
que volverá a confiar.
Que encontrará a alguien
que sí la valore.
Y que no la tache de algo
que nunca demostró ser.
Puede que ahora tenga miedo,
pero llegará alguien,
que le quite sus demonios.
Como ella intentó hacer contigo.
Y mientras tanto tú,
seguirás con tu desconfianza,
creyendo tus demonios.
Y por más que puedas darle tu mano
a otra,
esa,
nunca será,
ella.
Quien te quiso
incondicional.
Y como nadie
pudo haberte querido.
Y cuando la veas feliz
en manos de otra persona
puede que seas consciente
de lo que perdiste.
Y que triste,
porque ella
nunca quiso a alguien
que tuviese que perderla
para saber lo que tenía.