jueves, 23 de febrero de 2017

Querido amor, propio.

La gente busca un amor al que amarrarse,
alguien con quién compartir su día a día.
Los besos por las mañanas,
las guerras bajo las sábanas por las noches.
Alguien que te haga sentir viva,
que te haga creer en todo aquello que soñabas.
Pero no se dan cuenta de cuán equivocados están.
No se dan cuenta que el amor no es aquello
que se idealiza, no es un sueño que tienes por las noches.
El amor no es alguien que te haga sentirlo.
Pero nos centramos en buscarlo, para así estar más vivos,
más cuerdos...
Y no, en el amor no hay cordura,
sino locura,
y que el amor es un sentimiento,
no una persona,
ni un objeto.
El amor es levantarse y sentirse vivo,
pero por ti mismo.
El amor no es dependencia,
y seguimos dándole al otro el poder,
el poder de poder destrozarnos cuándo éste se vaya,
y luego poder culparle y decir: "si, me destrozó",
NO, NADIE TE DESTRUYÓ.
Fuiste tú, dándole a otro un poder que te pertenece.
Un poder que no debes compartir,
pues solo tú eres el responsable de tu vida,
y es muy egoísta atribuir a otra persona el dolor causado.
Así que si quieres buscar el amor búscalo,
pero que sea por ti,
porqué no habrá amor más verdadero
que el que sientes por ti,
y créeme, ese amor no se marchita,
ese amor no duele, no lastima.
No sé vosotros, pero yo prefiero amarme a mí,
enamorarme día sí y día también de misma.
No nos autodestruyamos, no nos infravaloremos,
no permitamos que por los actos de los demás
sintamos que no somos merecidos,
porque lo somos.
Así que si quieres buscar el amor,
busca el amor propio.
Pues no hay nada más real que ese.

Again

Días grises acompañados de una taza de café y un cigarrillo.
Recuerdos bajo un cielo estrellado se estrellan contra mí,
contra todo aquello que un día creí.
Y no, no puedo ser valiente, 
 y créeme que lo intenté.
Pero el olvido es más complicado 
que darle a un extraño una noche.
Y no sabes bien cómo duele quererte.
Mejor dicho como dolía hacerlo...
Decía no creer en los "para siempre"
que no eran más que dos palabras creadas 
para idealizar el amor.
Y juro que creeía no hacerlo,
pero quizá era una coraza, una forma de creerme fuerte.
Y ahora no puedo dejar de recordar, 
pensar y recordar. 
Una y otra vez.
Rompiendo todos mis esquemas, 
todo aquello que negaba creer.
Pero tú lo sabías bien.
Sabías bien todo lo que había dolido,
pero no te culpo amor, pues la culpa es mía
por confiar en quién no debía,
por creer que quizá tú, sí, tú,
serías diferente.
Pero es que la gente no cambia
y me jode no haberme dado cuenta,
Y repito, la culpa es mía,
así que escúchame:
Nunca, y repito, nunca, volveré a caer.