viernes, 10 de mayo de 2019

Octava maravilla

Y ya va otra noche más.
Creo que empecé a perder la cuenta
de todas las noches
que he estado
hablando con la almohada.
Pidiendo a gritos,
y entre lágrimas,
que volvieses.
He perdido la cuenta de las veces
en las que te he escrito,
deseando
que me dijeras que no querías perderme.
Que apostabas,
de una vez,
por lo nuestro.
Que preferías tenerme a tu lado,
 a verme ir.
Pero ya van muchas noches y,
en el fondo,
sé que ésta no va a ser diferente.
Hace tiempo que decidiste marcharte,
que diste media vuelta
y te alejaste.
Hace tiempo que tomaste una decisión,
donde yo no me encontraba.
No había sitio para mi.
Y desde que te fuiste,
han vuelto a aparecer
los demonios que tenía bajo la cama.
Parece que han decidido quedarse,
acompañando a mi insomnio.
Y no tiene pinta
de que vayan a marcharse,
no como tú.
Ojalá pudiese decirte
que me habría gustado que te quedaras,
aunque sólo fuese un ratito más.
Que tus brazos eran abrigo
cuando me rodeaban.
Y que las noches contigo
podían ser largas,
pero para mí,
era como estar
en la octava maravilla.