lunes, 3 de enero de 2011

Siento escuchar el eco de tu voz.
Recuerdo aquéllos besos bajo la luz de luna, aquellas miradas que se quedaron en aquél rincón, nuestro rincón. Aquellos abrazos que duraban horas, aunque para mí solo fuesen segundos. Aquéllos días donde solo existíamos tú y yo. Aquel momento donde solo éramos uno.

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