domingo, 26 de junio de 2011

A veces tienes la necesidad de cerrar los ojos. Olvidar y dejarse caer en la cama. Creer que todo es una pesadilla y despertar cuando pase la tormenta.
Sientes la necesidad de llorar, pero ni una lágrima te cae. Todo te parece muy difícil. Sabes que tu corazón no puede con más y te niegas a creer que está sucediendo de verdad.
Crees que ya no hay vuelta atrás y deseas con todas tus fuerzas poder pasar el tiempo y llegar al día en que ya no existe el dolor.
Pero a veces lo mejor es olvidarse de lo peor y creer que lo mejor llegará; a veces para creer que todo ha terminado, solo tienes que creer que aún no ha comenzado. 

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