lunes, 31 de diciembre de 2012


Solía decir nunca digas nunca, y solía pensar que todo era eterno, también creía que había finales felices, como en los cuento... Pero entonces, te das cuenta que nada es exactamente cómo parece. Yo no soy una princesa que está atrapada en un castillo, esperando a que su príncipe azul aparezca y la rescate de todo mal. Yo no soy la chica más guapa del mundo, que toda persona desearía ser. Pero tampoco quiero eso, no quiero ser la chica perfecta que cualquier chico desearía, quiero ser la chica que el chico que me tiene, me aprecie y esté orgulloso de tenerme. Quiero que piense que soy la más guapa aunque no sea así, quiero que me ame como si fuera la mejor, aunque no lo sea. Y es verdad, sigo creyendo en los príncipes azules, bueno, en los príncipes, ¿qué más da que vista de azul o de negro? Con tal de que te haga reír... Y quiero que las amigas que me tienen me quieran tal y como soy, y me ayuden en mis caídas y en mis subidas. Quiero amar y ser amada, quiero caer y llorar, perder y ganar. Quiero darme cuenta de lo que duele perder a una persona, para así no volver a despreciar a nadie. Quiero beber tanto hasta vomitar y aún así, seguir bebiendo. Quiero reír tanto hasta que me duela la barriga. Y lloraré de felicidad, amaré tanto que hasta dolerá, caeré y me levantaré. Pienso ponerme metas y cumplirlas y si no lo hago, será la próxima vez. Porqué no me pienso rendir por nada ni por nadie.

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