sábado, 23 de agosto de 2014

Llega el puto invierno.

Y de pronto, la oscuridad aparece. Se acabaron aquellas tardes de verano donde paseábamos por la playa cogidos de la mano. El frío llega, y con él la melancolía, esa que tanto temía. El frío me abraza, pero, ¿qué más da? No quiero sentir calor, no quiero que me consuma, y ser reducida a cenizas. Aunque, he de admitir que echo de menos el calor de tus besos, las risas al unísono, tu mirada penetrante clavada en mis labios, tus manos recorriendo mis lunares con curiosidad... Te echo de menos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tienes un comentario!