martes, 9 de julio de 2019

La chica de tus demonios

A veces me pregunto el porque de todo esto.
Sigo cuestionándome si de verdad
era lo correcto.
Me da pena pensar que
todo esto
acabó
por miedo,
desconfianza.
Y duele, no te imaginas cuánto duele.
Porque yo no era
la chica de tus demonios.
Y que pena
no haber sido valiente,
de contar,
de mostrar,
de confiar.
Y aún así
quiero decirte,
que nunca me arrepentiré
de todo lo que viví contigo.
Que tus brazos
eran calma.
Y tus ojos
ayudaban mis demonios.
Siempre quise apaciguar los tuyos,
supongo que no fue suficiente.
Y aún así
sé que siempre me quedarán cosas
por decirte.
Como que contigo
siempre me sentí como en casa.
Y eso nadie podrá quitármelo.
Y ahora,
solo me viene a la cabeza,
aquella conversación,
en tu terraza,
mientras con lágrimas te decía
que tenía miedo que están decisión
fuera a romper lo que teníamos.
Y tú, tranquilo, me decías
que no lo veías así.
Que quizá podría darnos más fuerzas
en un futuro, para empezar las cosas bien.
Supongo que al final tenía razón.
Y eso es lo que más me va a doler siempre.
Saber que realmente,
si se quería,
pero no sé pudo.
Y quién sabe,
quizá más adelante,
con otra perspectiva
y menos dolor
en el pecho.
Porque yo, siempre,
te dejaré la puerta abierta
por si algún día
quieres volver.
Te querré siempre.

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