Cuando era pequeña yo creía que mi vida iba a ser cómo la de las princesas de "disney". Pero a medida de que iba pasando el tiempo, todo se complicaba y nada era como en los cuentos. Había demasiada gente mala, muchos llantos y bastantes caídas. Cada vez que pasaba el tiempo, mis ilusiones se iban rompiendo, pues nada era como yo me esperaba. Al llegar a la adolescencia, pensé que todo me iba a ir perfecto, que encontraría a ese "príncipe azul" y me haría feliz siempre. Pero en vez de eso, solo encontraba "sapos", sapos capullos que me hacían llorar. Y entonces, entendí que no existen los príncipes azules, ni que tampoco todo es tan perfecto como en los cuentos. Que la vida te la ganas a base de palos.