martes, 19 de marzo de 2013

Cuando algo acaba, nos ponemos en el típico proceso de "negación". Obligamos a nuestra mente a recordar los momentos que más felicidad nos dieron, causándonos dolor. Aún sabiendo que eso nos duele, lo hacemos, quizá porqué así es la manera más fácil de mantener ese recuerdo más vivo y sentirlo más cercano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tienes un comentario!