jueves, 4 de abril de 2019

Hoy es otro día gris,
aunque creo que no ha habido día que no lo haya sido desde que te fuiste.
Los recuerdos me invaden por momentos,
y en ocasiones, desearía poder controlar mi amígdala y todo lo que ello implica.
A veces miro al cielo,
como pidiendo un deseo, esperando una respuesta,
pero no llega.
Hace tiempo que te has ido,
pero en mi cabeza,
en mis sueños,
en mis lágrimas,
sigues permaneciendo.
Siempre me dijiste que merecía lo mejor,
que merecía ser feliz,
que no tuviese tanto miedo a sonreír,
que me veía muy guapa.
Pero no entiendes que tuve lo mejor,
y desde que te fuiste,
la sonrisa ya no me sale igual.

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